Los musulmanes tienen el deber de preservar su patrimonio
Existe un sentimiento generalizado entre los musulmanes de que estلn sitiados y que el mundo entero se ha volcado contra ellos. Puede que esto sea cierto, al menos en parte, pero hay un problema interno que debemos enfrentar. Algunos musulmanes piensan que el patrimonio representa un peligro para la verdadera fe islلmica porque, segْn dicen, desvيa a la gente de la verdadera creencia islلmica. Difiero en este punto, porque el nivel de la educaciَn en el mundo islلmico impide a los musulmanes desviarse de la creencia en Dios todopoderoso. No hay ninguna prueba de que los imanes del islam y sus mausoleos tengan un poder independiente del poder divino, o que compitan con la voluntad de Dios. Los peregrinos piensan, mayoritariamente, que sus visitas a los mausoleos son un signo de su amor por nuestro Profeta, sus compaٌeros y allegados. También desean hacer de sus ejemplos modelos a imitar en su existencia terrena, y que ésta responda a los principios islلmicos y a la vida del Enviado de Dios.
El patrimonio islÙ„mico consistente en las tumbas de los primeros compaÙŒeros y allegados del Profeta, asÙŠcomo los emplazamientos histÙŽricos donde se verificaron los mensajes islÙ„micos y donde se fundÙŽ el Estado que naciÙŽ a raÙŠz de estos acontecimientos, deben de ser mantenidos, cuidados y de alguna manera resucitados. Los musulmanes deben animar a que estos lugares sean visitados, para recibir la inspiraciÙŽn del espÙŠritu del islam y conocer los modelos reales de los primeros musulmanes. Las tumbas de los santos varones deben de ser conservadas.
Por otra parte, los ulemas (teَlogos) musulmanes deben combatir en dos frentes: primero, han de enfrentarse a la mentalidad e ideas destructoras de una pequeٌa minorيa que quiere dividir y separar a los musulmanes atacando su creencia y su conducta; segundo, han de difundir de manera pacيfica los consejos y las ideas correctas entre sus hermanos musulmanes, si observan signos de desviaciَn en las conductas o en la creencia. Destruir las mezquitas y matar conscientemente a musulmanes es una manera de autodestruirse, y a los autores de estos actos es necesario pararles los pies. El deber de los ulemas es condenar tales actos criminales y dirigir a los musulmanes hacia la ansiada unidad. Se pueden disminuir las pérdidas del mundo islلmico combatiendo estas tendencias destructoras desde nuestro frente interno.
La revista ‘Turismo Islلmico’ ha cumplido su papel, como era su deber, llamando la atenciَn sobre la importancia del patrimonio islلmico, y continuarل haciéndolo con la ayuda de Dios. En cuanto a la opiniَn que aquيse presenta, es una respuesta a un lector que debatiَ conmigo el tema en cierta ocasiَn. Los dos nos pusimos de acuerdo sobre lo que acabo de expresar.
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